Every Child es una de las más célebres series pictóricas del artista René Mäkelä. Es tan aplaudida a nivel internacional que, en una cadena de coincidencias inverosímiles, llegó a 'unir' a la artista Madonna, tres veces excomulgada por la Iglesia, con el Papa Francisco. ¿Cómo? Así fue:

René Mäkelä ya había realizado su Every Child is an Artist de Dalí niño cuando, una mañana, recibió un mail: Buenos días. Le escribimos desde la oficina de Madonna. La cantante quiere que tú seas uno de los artistas que decoren varios murales de su fundación Raising Malawi. Atentamente. Pocos días después, y tras comprobar que no se trataba de un mail fake de dudosa procedencia, Mäkelä ya estaba pintando los enormes murales del orfanato de Malawi precisamente con el concepto Every Child que supervisó meticulosamente la Reina del Pop.

Un pequeño Jean Michel-Basquiat con la frase Every Child is an Artist y un Martin Luther King infante con la frase Every Child Has a Dream, presiden desde entonces las paredes de aquel lugar mágico.

Tras aquella célebre acción, y en una de las entrevistas que habitualmente concede el artista, este fue preguntado que qué sería lo siguiente después de pintar para tantas estrellas del deporte y para Madonna. Mäkelä, entre risas, contestó: "después de Madonna... no sé, el Papa". Dicho y hecho. Pocos meses después, la Fundación del Papa Francisco Scholas Occurrentes llamó a René para que subastara uno de sus cuadros en la sede de la ONU de Nueva York en beneficio a la fundación de ayuda a los niños más desfavorecidos. Así lo hizo. Como agradecimiento el Papa Francisco recibió a René en una audiencia privada y se llevó de recuerdo una reproducción de uno de sus Every Child más célebres.

Esta 'unión' entre Madonna y el Papa puede ser tangencial si no fuera porque, tiempo después, René, con contactos directos con ambas personalidades, fue llamado nuevamente para que les pusiera en contacto y obrara el milagro de unir a la artista y al Papa. Ese encuentro aun no se ha producido en persona... que sepamos oficialmente. Lo que sí es seguro es que esa conexión histórica parte de un lienzo, de un pincel de un artista mallorquín que un día ideó una serie pictórica inigualable que cautivó a ambos por igual.

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